martes, 11 de diciembre de 2012

Capítulo 1


Mira a su alrededor y se da cuenta de que no encaja allí, ni en ninguna parte. Nada debería retenerla ahí, pero no se va. Parece que espera algo.
¿Cómo va a ser aceptada? Va a hacer magia delante de toda su clase, ya nunca será aceptada. En unas horas los hombres del gobierno vendrán a llevársela al lugar de donde nadie regresa. Unos, los más optimistas, dicen que es un lugar mejor, “un lugar especial para gente especial”. <<Ilusos>> piensa. Ella sabe que el gobierno les hace horribles pruebas para desvelar los secretos de su magia. Y Meredith lo sabe porque su padre fue uno de ellos, cuando estaba vivo.
Aún le duele recordar lo que pasó cuando tenía nueve años y su padre fue declarado mágico, antes de desaparecer para siempre, sin saber si se lo habían llevado o había huido.
Fue la noche antes de desaparecer cuando le dijo a su hija que debía ocultar su magia como el secreto más peligroso y mejor guardado de la historia.
Y así lo hizo año tras año, sin que su madre y su hermano supieran nada.
Por esto Meredith se siente tan sola, y además lo está casi siempre. Su padre le había dicho que la magia era un bien tan escaso como peligroso, pero cuando ella preguntó por qué era tan especial, él le respondió que, empleada correctamente, la magia podía cambiar el mundo.
Meredith está casi segura de que cada persona tiene dones diferentes, pero nunca lo ha podido comprobar porque cada vez que está a punto de encontrar a otro ser mágico, el gobierno se le adelanta. Es rápido, inteligente, y nunca se detiene ante nada ni comete errores.
Una vez estaba tras la pista de una chica con una extraña habilidad para estar en varios sitios a la vez, lo que pudo comprobar averiguando que había estado en el centro comercial a la vez que estaba en el instituto, y tenía pruebas fotográficas y vídeos de cámaras de seguridad de ambos sitios que había conseguido hackeando los ordenadores del centro. Tuvo que coger ella sola un autobús para alcanzarla en otra ciudad y consiguió encontrarla cruzando un bosque poco frondoso, donde vio cómo un grupo de hombres con traje se la llevaban en una furgoneta negra. Solo tuvo tiempo de apuntarse la matrícula antes de que la furgoneta pasara por su lado, mientras los hombres la veían. Sabían que los había visto, iban a cogerla, pero consiguió escapar corriendo y lamentándose por no haber podido ayudar a la chica. Poco después, desarrolló el don de la invisibilidad, que le fue muy útil, pero se echaba la culpa de no haberlo desarrollado antes para ayudar a la chica del bosque, y eso le hizo intentar saber más sobre ella. Se llamaba Lily, y tenía su misma edad.
Poco más pudo saber sobre las personas como ella, pero después de Lily vinieron otros, desapareciendo como ella.
Hubo un chico de su mismo instituto del que sospechaba, y un día que le estaba siguiendo él se dio cuenta y echó a correr. Ella le gritó que se detuviera, no podía dejar que escapara y perder a otra persona que posiblemente podría tener dones como ella, pero él no le hizo caso y Meredith confirmó lo que sospechaba cuando el chico siguió corriendo y atravesó limpiamente una pared. Después no lo volvió a ver, y más adelante tuvo noticias de su desaparición.
El día de hoy, Meredith se ha levantado con un mal presentimiento, y como ser mágico que es ha sabido que algo malo iba a pasar. Se ha llevado todo lo que podía necesitar, como su libreta de investigaciones, donde tiene todos los datos que ha conseguido obtener sobre las personas de las que sospecha que podrían tener dones. Sabe que si se la quitan no solo perderá toda su investigación, si no que además pondría en peligro a muchas personas como ella. Pero también sabe que si tiene que huir esa libreta sería su salvación. Con ella podría seguir buscando, así que esta mañana la ha metido en el bolsillo interior de su abrigo, oculto y a salvo. 
Lo que sí que ha dejado en casa ha sido su libreta de runas, la que encontró entre las cosas viejas de su padre, runas que no son imprescindibles para usar la magia, pero que ayudan a canalizarla. Podría serle útil llevarla, pero podría serle útil al gobierno también, así que ha decidido dejarla a salvo, en su escondite debajo de las baldosas de su pequeña habitación, bajo la mullida alfombra de colores que su madre quiere tirar por considerarla infantil para una chica de quince años.
Cuando ha salido de casa, algo le ha dicho que la dejaba por un largo tiempo, y le ha entrado tristeza. Nunca ha pasado más de un día fuera de casa, y la idea le da miedo.
Todo se ha complicado cuando en clase de historia, un hombre alto y con traje negro ha llamado a la puerta. Meredith no se habría preocupado si no lo hubiera reconocido como uno de los hombres que se llevaron a la chica del bosque.
Rápidamente ha hecho un pequeño hechizo que hace que nadie se fije en ella. No la hace invisible porque eso llamaría la atención. Podían verla, pero no llamaba la atención: era como otra parte del mobiliario.
El hombre del traje ha hablado con el profesor en el pasillo, momento en el que Meredith ha usado otro hechizo, esta vez para afinar su oído, y con lo que ha conseguido escuchar le han entrado ganas de devolver y ha tenido que agarrarse a la silla para no caerse. El hombre quería llevarlos abajo, al gimnasio, donde habían montado unas pruebas para encontrar alumnos “especiales”. La van a descubrir.
<<Bien>> piensa. <<Estoy preparada>>.

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