miércoles, 11 de diciembre de 2013
Mis desahogos sin sentido
Aquí una entrada improvisada sobre mí y mis asquerosos cambios de humor. Lo primero, que el día 5 de diciembre hizo un año que creé este blog y mi primera entrada, que podéis leer aquí. En esa entrada se nota que solo estaba empezando a escribir aquí, aún no me soltaba para poner las chorradas que pongo ahora ni escribir lo que siento, aunque ahora realmente tampoco, o al menos me cuesta mucho. Siempre he sido muy cerrada, vergonzosa, introvertida, y a veces me cuesta soltarme hasta con las personas más cercanas a mí. Muchas veces, sin querer, cuando quiero algo, no lo digo, sino que espero y mando indirectas de lo que quiero hasta que sucede o me vuelvo loca, porque soy incapaz de decir algo tan simple como "te necesito". Me cuesta, no es algo fácil. La peor parte viene cuando digo directamente lo que quiero pero no lo consigo, y a veces, sin motivo, me derrumbo. Es difícil de explicar, en el momento te parece algo muy serio, pero luego lo piensas bien y dices, "¿por qué me preocupaba tanto?". Todo esto viene a que estoy horriblemente sensible, solo son las seis de la tarde y ya he estado llorando dos veces diferentes hoy. Tengo la regla, me ha venido en clase. Me ha dolido hasta llorar, pero nunca lo admitiría en voz alta. He aguantado las dos últimas horas con la cara blanca y la mano llena de marcas de mis dientes (que aún se marcan) porque me mordía inconscientemente por el dolor. Cuando he llegado a casa me he tomado una pastilla y me he tumbado haciendo la bolita, pero he acabado con lágrimas de dolor, nunca he conocido a nadie con la regla tan fuerte como la mía. Después he hecho un esfuerzo y he ido a gimnasia aunque pensaba no ir, pero me he hecho la fuerte (aunque no lo soy, para nada) y me he levantado de la cama y me he puesto el chándal. Hemos jugado a "korfball", el juego más raro que vais a conocer. He hecho perder a mi equipo por un punto, por no impedir que la chica a la que defendía metiera. Me he empezado a sentir mal, pero psicológicamente. Luego hemos jugado a béisbol, en el que todo el mundo ha bateado bien menos yo, que me han eliminado por no saber dar a la maldita bola. Todo el mundo me miraba y no disimulaban mucho las risas, y me he sentido peor. Soy una negada total. Por supuesto, hemos vuelto a perder, y por supuesto, mi culpa. He salido, derrumbada, y en casa he vuelto a llorar sin motivo, pero esta vez demasiado. No lo cuento para compadecerme, solo para desahogarme y contárselo a alguien que no me va a juzgar, como es este diario. Sé que me arrepentiré de escribir todo esto pero lo necesito. Y si no lo he contado en persona, es que no me atrevo, lo siento. Supongo que para mañana estaré algo mejor, incluso para esta noche puede que esté increíblemente animada, pero a mi la regla me vuelve muy loca, hasta me hace deprimirme por tonterías como estas. Simplemente es así, ojalá pudiera cambiarlo. Y sois vosotros los que me tenéis que aguantar así, así que buena suerte si tenéis paciencia, y si no dejad de leerme, porque seguro que rallo mucho. Me he puesto a escuchar mis canciones tristes, así de inteligente soy. Todas de Taylor Swift, por supuesto. Ahora pondré una aquí. Siento este rollazo de entrada, tan larga y para no decir absolutamente nada con sentido. Ya haré una otro día, cuando esté algo mejor. Ahora solo me vendría bien compañía, pero me da que paso la tarde sola, porque así me siento. Y aquí dejo de torturaros, hasta la próxima.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario