Hoy he tenido uno de esos días bonitos. Estaba yo con mi novio en mi cama haciendo el vago un rato, cuando me he apoyado en su hombro y he cerrado los ojos. No sé por qué, pero he tenido esa sensación de película de que todo es perfecto. He sabido que esto cambiará e irá a peor, pero en ese momento he disfrutado y no he pensado más. Me ha parecido bonito y quería compartirlo y hablar de las cosas que me hacen feliz. No digo las cosas que me gustan, como la música, los libros, etc, sino las situaciones que me hacen feliz. La de hoy ha sido una de ellas.
Una de mis cosas favoritas en el mundo ocurre en mi lugar favorito del mundo: mi cama. Me da igual lo que piense la gente, no hay mejor sitio que mi cama, y solo mejoraría si fuera más grande. Ahora mismo estoy escribiendo con el portátil en la cama, cómoda, con una chaqueta de mi chico y el pelo recogido en la típica pinza. Muy a gusto, es uno de mis placeres, pero este momento es mejor compartirlo. Para mí, no hay nada mejor que estar con tu persona favorita en la misma cama, tumbados y simplemente hablando (malpensados -.-). Simplemente me encanta y no lo cambiaría.
El segundo es el de descansar, pero no hablo del descanso físico. Cuando llevas en tensión mucho tiempo, o con nervios, o preocupada por algo o alguien, y eso se acaba, con el resultado que sea (o casi el que sea), te sientes liberado. Cuando acaba la época de exámenes porque acabas de entregar el último, te da igual todo, disfrutas el momento, estás descansando como a mí me gusta. La alegría te durará hasta saber que has suspendido todas, pero fue muy bonito mientras duró.
Y aquí llegamos al tercero, que para mí es cuando de repente tienes muchas ganas de releer tu libro favorito pero recuerdas que estás en bachiller y tienes que leer 400 libros para clase y no te da la vida, y es cuando te lees por fin los obligatorios y te das cuenta... ahora puedes coger tu ejemplar de El Nombre del Viento, tumbarte en la cama y leerlo en un fin de semana disfrutando como un enano. Eso lo voy a vivir en cuanto me lea Hamlet, que es para el viernes :(
Un beso bajo la lluvia. Comer tu comida favorita cuando tienes hambre. Ponerte guapa para él, y que te diga lo guapa que estás. Ponerte una zapatillas de casa calentitas cuando tienes frío en los pies. Dormir hasta las tantas, porque no recuerdas ni a qué hora te fuiste a dormir. Las guerras de cosquillas. Cuando se acerca el verano y empiezan a abrir las heladerías, y el primer batido de chocolate blanco del año. Las noches de verano bajo las estrellas. Quedarte dormida mientras te acarician el pelo. Planear un cosplay para carnaval. Que te regalen un peluche muy abrazable. Releer tus libros favoritos. El primer baño en la piscina del año. Viajar en buena compañía. Un concierto de tu grupo favorito con tus amigos. Volver a ver a la parte de tu familia que nunca ves. Que tu perro se duerma a tu lado. Aprobar todas o las que más te cuestan. Una carta de amor. Un regalo hecho a mano. Planear algo bonito, o no planearlo y que salga solo. Patinar de la mano. Escribir sin miedo a que te juzguen por lo que escribes. La sensación que sientes justo antes de que en la montaña rusa en la que te has montado empiece la caída libre, y la que tienes mientras caes y gritas hasta quedarte sin aire. Encontrar ropa que te quede perfecta. Poder ir con la calle con la temperatura justa para no tener frío ni calor en manga corta. Ver fotos de momentos felices y sonreír.
Y así, he sacado los momentos más felices que se me ocurren. Estos son todos míos, pero cada uno tiene los suyos. Y cada uno de ellos son momentos muy cortos, simples sensaciones, pero cuando alguien me pregunta qué es la felicidad, yo podría señalar cada uno de los momentos que he dicho. Porque la felicidad no se mide en una vida sin preocupaciones, sino en los pequeños grandes placeres que merece la pena tener, aunque haya preocupaciones de por medio. Disfrutad.
muy buena entrada =)
ResponderEliminarsi la verdad son pequeños placeres que pueden hacerte sonreir en un mal momento